Coca
Los vestigios más antiguos de hojas de coca fueron hallados en una tumba peruana que data de aproximadamente 500 años d. C. Durante el imperio inca, los señores mascaban hojas de coca y los sacerdotes las utilizaban como ofrenda quemándolas en honra de sus dioses. El origen de la coca usualmente se atribuye al territorio en el que floreció la cultura inca, no obstante, algunos investigadores opinan que la llevaron a Perú los indios araucanos de Colombia. En Centro y Sudamérica el hábito de mascar hojas de coca se remonta a tiempos muy antiguos. Los yaravíes, juglares incas, agradecían el regalo de la coca a los hijos del Sol: Manco Capac, fundador mítico del imperio y Oclo, su hermana y esposa. Los primeros exploradores llevaron a Europa noticias de esta planta y a partir del siglo XVII se encuentran referencias sobre sus propiedades en los textos de medicina europea. Un siglo antes, basados en criterios moralistas, los españoles habían intentado prohibir su uso entre los indígenas, hasta que descubrieron sus ventajas como incentivo en la habitual jornada de 20 horas entre los indígenas que trabajaban en las minas de oro del rey.
El Erythroxylon es un arbusto que crece silvestre en las regiones andinas de Sudamérica. Existen cerca de 250 variedades. El Erythroxylon coca, conocido como "huanaco" de Bolivia, puede alcanzar hasta cuatro metros de altura si no se cuida, lo más común es que se pode para que se mantenga entre uno y tres metros, extienda sus ramas y produzca más hojas. Sus flores son color crema y sus frutos son de color escarlata parecidos a los arándanos. Las hojas, que es donde se encuentra el preciado alcaloide denominado cocaína, son lisas y ovaladas, de entre tres y seis centímetros de longitud, según la variedad. Además del huanaco boliviano, la otra variedad que se cultiva para producir el alcaloide es la Erythroxylon novogranatense conocida como "trujillo" de Perú y Colombia; sus hojas son más pequeñas y su contenido en cocaína es menor por la presencia de otros alcaloides.
La mejor localización para un cocal es en las montañas, a la mayor altura posible y con calor suficiente. Hoy en día la coca se siembra en maceteros durante el mes de diciembre. Después de 18 meses, las germinaciones que han alcanzado los 50 cm de altura se trasplantan a extensiones de tierra ligeramente inclinadas conocidas como cocales. Cuando el arbusto tiene entre dieciocho meses y dos años y una altura que varía desde 90 centímetros hasta un metro y medio, puede ser sometido a una cosecha anual, aunque las hojas también se recogen cuando se podan los arbustos dos veces al año; esto suma tres recogidas anuales que se realizan en los meses de marzo, junio y octubre. Se dice que una planta bien cuidada, una vez puesta en producción, sobrevivirá al "coquero".
Los gumbieros, indígenas andinos que mastican hojas de coca, cortan las matas cuando son pequeñas, como de un metro de altura y las llaman ilyimera que en su lengua quiere decir pájaros pequeños. La denominación de coca proviene de la lengua boliviana Aimará que significa: "comida o alimento de los viajeros o trabajadores". (16) Su etimología alude al antiguo conocimiento de que la masticación de las hojas permite efectuar arduos trabajos o largas caminatas consumiendo una escasa cantidad de alimentos.
Las hojas de coca contienen muchos alcaloides, el más importante es la cocaína. Adicionalmente es una fuente alimenticia bastante nutritiva. Cien gramos de hojas contienen en promedio 305 calorías, 18.5 gramos de proteínas, 42.6 de carbohidratos y cantidades menores de vitamina C; así como los requerimientos diarios de vitamina E, calcio, hierro, fósforo, riboflavina y vitamina A recomendados por la Organización Mundial de la Salud para el consumo de un adulto.
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Según Andrew T. Weil, médico que trabajó en el Museo Botánico de Harvard, "Si es que hay algún problema con la coca, se debe básicamente a que se confunde la hoja completa con un solo componente extraído de ella. Esa confusión es una herencia de la ciencia mal informada del siglo pasado, que nos ha cargado con un problemático polvillo blanco y nos ha privado de los beneficios de una útil medicina verde." (22)
Las hojas pueden mascarse o beberse en infusiones. De acuerdo a una descripción de Jean-Luis Brau, para mascarlas el coquero "toma de una bolsa de tapicería en color, la chuspa (o huallqui), una hoja... después de haberle quitado la nervadura central, hace de la hoja una bola y se la mete en la boca. Cuando está humedecida de saliva, moja un junquillo en una cantimplora de cuello largo con cal, que tiene la propiedad de aumentar la solubilidad de los alcaloides de la coca en la saliva." (4)
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