Tus Drogas

Cañamo

El cáñamo de las Indias


Marihuana      Hachís y Aceite


Las asociaciones de consumo de marihuana con conductas criminales son un error histórico y una manipulación de información, pues no existen correlaciones probadas que afirmen dicha asociación. Evidentemente es innegable que hay delincuentes que la consumen, como hay los que no la consumen. El hecho de la relación de esta planta con la delincuencia se ubica en su ilegalidad, es decir, no es que el usuario por su consumo realice actos de delincuencia o criminalidad, sino que al sembrarla, comprarla, venderla, poseerla o transportarla, se convierte en un delincuente, jurídicamente hablando.

Rodrigo Azuela y Arnaldo Vidal:
Análisis psicológico y social de la Cannabis

Cáñamo es el término castellano que reciben las plantas pertenecientes al género Cannabis en cualquiera de sus tres variedades: sativa, índica y rudelaris. Aunque existe cierta controversia respecto a las rutas de expansión que siguió la Cannabis, no hay duda alguna de que su origen es asiático. Durante milenios, los hindúes han consumido tres diferentes psicoactivos derivados del cáñamo. El más débil es el bhang: hojas, semillas y tallos de la planta hembra triturados. El ganja resulta dos o tres veces más fuerte al incluir también los concentrados de las flores. El más potente es el charas, la resina pura que en Oriente Medio se conoce como hachís. El cáñamo ha sido una de las plantas más cercanas al hombre. La fibra de cáñamo se ha hallado en los restos de muchas localizaciones euroasiáticas. Recientemente arqueólogos franceses han descubierto antiguos puentes construidos en Asia mediante un proceso que mineraliza el cáñamo convirtiéndolo en una especie de cemento resistente y duradero. Las tropas de Napoleón I que realizaron expediciones al continente asiático llevaron a Europa la costumbre de consumir preparados hechos a partir del cáñamo. Se cree que de Europa pasó a las colonias españolas en América durante la época de la conquista. Se cree también que los inmigrantes mexicanos que se asentaron en el sur de los Estados Unidos hacia la tercera década del siglo XX fueron quienes llevaron a esas tierras la costumbre de consumir el cáñamo con fines recreativos. A partir de entonces, marihuana y cáñamo comenzaron a disociarse en los Estados Unidos y en muchas otras partes del planeta. El primer término (marijuana) se usó exclusivamente para describir las partes de la planta con efectos psicoactivos y cualidades terapéuticas, mientras que el segundo (hemp) siguió utilizándose para hacer referencia al resto de la planta y sus productos manufacturables. El cáñamo es otra de las plantas que ha transitado de la deificación a la satanización gracias a una mezcla de elementos económicos, religiosos, artísticos, racistas e incluso bélicos. Hoy en día, aunque sus aplicaciones no psicoactivas han dejado de explotarse comercialmente, la marihuana es la sustancia ilegal de mayor consumo a nivel mundial. Según cálculos oficiales de la propia DEA, actualmente cerca de 50 millones de personas utilizan regularmente marihuana en los Estados Unidos y según las Naciones Unidas, en todo el planeta los usuarios suman la impresionante cantidad de 141 mil 200 millones, únicamente superados por los consumidores de sedantes que son alrededor de 227 mil 400 millones. Aunque sus efectos secundarios sobre el cuerpo físico son muy inferiores a los de drogas legales y socialmente aceptadas como pueden ser el tabaco o el alcohol, la marihuana es uno de los psicoactivos más adictivos que existen, a pesar de que quienes preconizan sus múltiples y cada vez más reconocidas utilidades terapéuticas, no parecen tomarlo muy en cuenta. En cambio propagandizan bastante los beneficios del cultivo legal de cáñamo no psicoactivo, encontrando utilidades textiles, alimenticias e incluso ecológicas, entre las más redituables en un claro intento por disociarlo de su mala imagen. Antes de su prohibición mundial, el cáñamo era una planta que se cultivaba no sólo por sus propiedades de alterar la conciencia, sino por los grandes beneficios que sus semillas y su pulpa pueden aportar al hombre. Las semillas no contienen ningún elemento que actúe sobre el sistema nervioso central y son en cambio una fuente alimenticia altamente nutritiva: sólo un puñado de ellas suministra los requerimientos diarios de proteína y ácidos grasos esenciales para un adulto. La pulpa puede utilizarse para fabricar papel, para tejer cuerdas e hilar lonas. El documento original que contiene la Constitución de los Estados Unidos se escribió en papel hecho con cáñamo, las primeras hamacas de las costas mexicanas se tejieron con hilo de cáñamo e incluso los primeros jeans Levi's® se confeccionaron también con lona del noble cáñamo. El cáñamo psicoactivo y sus derivados, esto es, la marihuana y el hachís, son los primeros y más fuertes candidatos para su legalización, pues cada vez son más los territorios que están aceptando y despenalizando sus usos terapéuticos en todo el mundo.
 
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